Muchos aseguran que la pasada «Luna de sangre» es la señal de un importante evento celestial, otros dicen que tiene relación con la segunda venida de Cristo a la Tierra, mientras que los más apocalípticos creen que un asteroide impactará contra nuestro planeta.
Entre ellos se encuentra John Hagee y Mark Biltz, quienes aseguran que hay ciertos paralelismos entre las Antiguas Escrituras y la «Luna de sangre».
En primer lugar, el término «Luna de Sangre» es sólo una forma de describir un eclipse lunar. La «sangre» se refiere simplemente al color rojizo de la Luna durante el eclipse lunar. Las últimas cuatro lunas de sangre han sido todos eclipses totales, por lo que esta secuencia de cuatro eclipses lunares totales consecutivos se llama «tétrada», es decir, una secuencia de cuatro eventos. Tres eclipses ya han ocurrido en la tétrada actual: 15 de abril y 8 de octubre de 2014, y el 4 de abril de este año. El último tuvo lugar esta madrugada.
De hecho, la Biblia habla del color sangre de la Luna en el contexto del final de los tiempos, tanto en el Antiguo Testamento: «El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y terrible», Joel 2:31; como en el Nuevo: «El sol se tornará en tinieblas; y la luna en sangre; antes que venga el día del Señor; grande y memorable», Hechos 2:20 .
Para los Mayas los dioses están enfadados
Los Mayas tenían su propio calendario y sabían cuándo se producirían los eclipses. Para ellos eran períodos de peligro, trataban de evitarlos con rituales y sacrificios, aumentando aún más el poder sobre el pueblo y sometiéndolos a una dominación total, basada en el poder de los sabios sacerdotes.
Durante una eclipse de luna roja, los mayas creían que los dioses estaban enfadados. Por lo que los sacerdotes eran los encargados de volver a la Luna en su estado normal de luz. Ello era muy aplaudido por el pueblo, pues pensaban que los sacerdotes tenían un poder sobrenatural. Por ello, el conocimiento sobre el movimiento de la Luna y los planetas, jamás fue desvelado al pueblo. El pueblo se sentía aliviado y agradecido a los sacerdotes cuando pasaban los eclipses.
El comportamiento de las personas cambian durante un Eclipse
Según reporta Infobae, que en la astrología clásica se dice que el eclipse de Luna es «malo», y que afecta de sobremanera la emocionalidad de la gente. Incluso se han registrados mayor cantidad de crímenes y delitos en estos días que se da el fenómeno.
Durante los eclipses «se dice que la razón y las emociones tienden a enemistarse. Lo que pasa es todas las personas durante este día principalmente -comenzando su influencia casi dos días antes, y yéndose dos días después- cambian su forma de ser».
También se dice que las embarazadas no deben exponerse a los eclipses porque los niños podrían tener alguna malformación o «mal de ojo».
Para John Hagee es un acontecimiento Apocalíptico
Dos pastores, John Hagee y Mark Blitz, dicen que la «Luna de sangre» de septiembre es una indicación de los acontecimientos apocalípticos inminentes y de la llegada de Cristo. En Hechos 2:20 el apóstol Pedro advierte de las señales del fin de los tiempos: «El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto».
Los pastores también afirman que la «Luna de sangre» de septiembre va a caer en la fecha de la última de las cuatro lunas de sangre en los últimos 18 meses, por coincidencia también en una fecha después de la visita del Papa Francisco a los Estados Unidos, ambas señales indican los eventos del Fin de los Tiempos, señalan.
NASA desmiente el fin del mundo
En los últimos meses han circulado en las redes sociales fuertes rumores apocalípticos sobre la llegada de este cuarto eclipse de Luna. La teoría más sonada explica que en esta fecha la Tierra podría sufrir el impacto de un enorme asteroide, provocando así un apocalipsis mundial.
A raíz de estas especulaciones sobre el fin de la Tierra, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), sostuvo que estos rumores no tienen ninguna base científica.
La NASA descartó que un asteroide pueda colisionar en la Tierra entre hoy y mañana: «La NASA no conoce ningún asteroide o cometa actualmente en curso de colisión con la Tierra, por lo que la probabilidad de una colisión importante es muy pequeño», dijo un portavoz.
La agencia espacial dice que está constantemente monitoreando los cielos en busca de signos de algunos asteroides entrantes. Según el sistema Sentry de esa organización, todos los asteroides conocidos hasta el momento tienen menos del 0,01% de posibilidades de chocar con nuestro planeta en el curso de los próximos 100 años.